Educar y persuadir


“Más bien quisiera hablar con el Todopoderoso; me gustaría discutir mi caso con Dios” (Job 13:3)

El cristianismo a lo largo de su historia ha dado un pésimo ejemplo de tolerancia y diálogo. En el desarrollo de su historia, lo que más ha abundado es la intolerancia y la persecusión a quienes se han atrevido a cuestionar sus postulados.

En el versículo que encabeza esta reflexión el personaje bíblico no duda en hablar con Dios y discutir su caso con él. Entiende que la divinidad no tendrá problemas para enfrentar a alguien que sea capaz de argumentar.

Lo mismo se puede observar en algunos salmos y en los profetas, que no dudan en reclamar, discutir y discrepar con Dios, sin temor, sabiendo que Dios no es rencoroso con quien se le opone.

No obstante, entre cristianos la cosa cambia.

Algo que el cristianismo maneja muy mal es la crítica y el análisis de sus postulados, porque actúa a la defensiva, como si los que hicieran el análisis estuvieran buscando su destrucción.

Quienes deberían ser los mayores defensores de la conciencia personal e individual a menudo han sido lo contrario. Han olvidado que la intimidación no debe existir en los seguidores de alguien que nunca intimidó ni amenazó a nadie.

Ha costado siglos de aprendizaje para entender que “las conciencias se deben educar y no violentar” (Stott 2002: 78). Este principio básico ha sido olvidado muchas veces y aún se sigue persiguiendo a quienes piensan diferente, como si fueran una amenaza, sin comprender que el verdadero peligro es no deliverar ni discutir. Es en la multiplicidad de ideas donde se vislumbra la verdad y se elimina la posibilidad del autoritarismo religioso y la dictadura de quienes por tener un cierto poder relativo sobre otros, se creen con derecho a imponer ideas y criterios.

Nunca Cristo eligió el camino de la intimidación para hablar con sus seguidores. Al contrario, aunque le dolió, supo de antemano que uno le vendería y otros le negaría, y que todos huirían como bandada de aves despavoridas. Pero nada hizo Jesús para evitarlo. Él no era conciencia de ellos. Esa lección aún muchos cristianos no la aprenden.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.