Rebelión


“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18)

A menudo se escucha desde púlpito y en cátedras teológicas que Jesús no fue político, que no vino a hacer política y que no produjo cambios políticos. El problema está en establecer qué se entiende por político. Si se considera el término en un sentido restringido, es decir, participación u organización de un partido político o de cargos públicos, ciertamente no participó en eso. En ese sentido, Cristo no hizo carrera política, de hecho, se mantuvo alejado del poder político y fue incluso hostil con los gobernantes de su tiempo.

No obstante lo anterior, tal como señala el extraordinario teólogo inglés John Stott “en el sentido más amplio de la palabra, todo su ministerio era político: había venido al mundo para compartir la vida de la comunidad humana y envió a sus seguidores al mundo a hacer lo mismo” (2002: 33).

En términos de impacto social inauguró un nuevo orden social, totalmente opuesto a lo que ocurría en su tiempo, integrando a la comunidad de sus seguidores a esclavos, perseguidos, despreciados, extranjeros, gentiles, mujeres y enfermos (que eran discriminados en la religión oficial).

Su actuar por lo tanto tuvo consecuencias políticas radicales toda vez que organizó una nueva visión de mundo, tanto que fue acusado por sedición y por no acatar la autoridad de César, cuestión que es netamente política.

¿Qué se puede esperar de sus seguidores? Pues lo mismo. Los cristianos no estamos para acomodarnos al status quo, sino para hacer una revolución que cambie todas las premisas sociales. La comunidad cristiana debe ser un ejemplo de participación, integración e inclusión. Entre los cristianos no hay lugar para seres humanos de primera y segunda categoría, ese sólo concepto llevado hasta sus últimas consecuencias, tiene el potencial de transformar toda la sociedad.

Si queremos vivir en un mundo no cristiano con premisas cristianas, definitivamente entraremos en contradicción con los poderes imperantes. El proyecto de Jesús es totalmente revolucionario y político. No entenderlo es convertir al cristianismo en una caricatura de lo que Jesús hizo.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.