“Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes” (Salmos 20:4)
Es sorprendente como mucha gente vive sin un plan de vida. Así, simplemente dejándose llevar como si vivir fuera improvisar. Hay lugar para la espontaneidad, sin embargo, un obstáculo que causa muchas dificultades a muchas personas es su nula capacidad para planear sus vidas con sentido.
Alexis Carrel, biólogo, médico, investigador científico, eugenista y escritor francés, galardonado con el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912, escribió en su libro La incógnita del hombre: “La manera más eficaz de vivir es hacer todas las mañanas un plan para el día y cada noche repasar los resultados obtenidos”. No se llega a un Nóbel improvisando y del mismo modo, no se vive de manera plena sin trazar un plan para la vida.
Muchos dejan que el azar les indique el camino por el cual deben existir, lo que es un acto de irresponsabilidad toda vez que las personas precisan saber hacia dónde van, de otro modo, no pueden invertir sus esfuerzos en hacer algo, sin tener idea de hacia qué puerto se pretende llegar.
Lo primero que hacen los navegantes, antes de zarpar es trazar una ruta que tiene un inicio y un final. Eso les permite hacer previsión para lo que tendrán que llevar en el viaje. Eso incluye alimentos, aperos, medicinas, ropas, herramientas y todo lo necesario para hacer un viaje sin sobresaltos. Es verdad que en parte del camino pueden ocurrir imprevistos, no obstante, las personas preparadas lo sortean mucho mejor que aquellos que simplemente se dejan llevar.
Algo tan importante como la vida, el don más magnífico que nos ha entregado Dios no puede dejarse a la mera casualidad. Las personas de éxito se diferencian de los demás, por hacer un plan de vida. Eso incluye los fines de semana y los momentos libres, todo es parte del trazado de la vida.
Es asombroso preguntarle a algunas personas qué quieren de su vida y que te queden mirando con una cara de incógnita sin que sepan con exactitud qué contestar. Aún los animales se preparan para los momentos difíciles, pero algunos seres humanos simplemente, optan por no planear nada y viven con menos previsión que las aves que preparan sus nidos.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos
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