Verdadera educación


“Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará” (Proverbios 22:6)

Una buena educación no consiste en sólo entregar información de primera fuente ni de alta calidad, eso es importante, pero no es la base fundamental. Una educación de verdad educa para la vida, entrega valores y principios que pueden ayudar al individuo a construir un porvenir sobrio y noble. Educados sin principios y valores hay muchos, más de los deseables. Educados, pero con ideales nobles y altos, son los que se necesitan.

Stott lo define de la siguiente forma: “La eduación es el proceso de facilitar el crecimiento de las personas hacia la madurez. Pero no podemos definir la madurez sin antes definir qué es ser persona, y no se puede definir lo que es ser persona sin una referencia a los valores de creencia y comportamiento, es decir, a la religión y la moral” (Stott, 2002: 80). En otras palabras, para poder determinar con exactitud el tipo de personas que queremos formar, es preciso detenernos a pensar qué entendemos precisamente por lo más básico: Qué es ser persona.

Eso implica que la educación por definición no puede ser neutral. Tiene que estar asentada sobre una base lo suficientemente lógica y sustentable que permita entregar una visión del tipo de persona que quiere formar y desarrollar. Ese es un gran obstáculo que hay que resolver.

Muchos postulan una educación pluralista, “objetiva” y libre de todo postulado... Eso, es imposible, y hasta iluso, porque el mismo hecho de plantearlo ya supone una posición y el haber asumido una propuesta valórica.

En eso los cristianos tenemos una responsabilidad enorme. No podemos plantearnos como neutrales ante un mundo que simplemente no lo es. Es preciso tomar partido, y en ese sentido, el cristianismo exige compromiso, de otro modo se desperfila y termina siendo algo muy distinto a lo que se propone. La neutralidad es imposible, al menos, para seres humanos que por el sólo hecho de existir como tales ya tienen tendencias, nacionalidades, sexo, y un sin fin de elementos que no le permiten una neutralidad tal. En eso el cristianismo debe ser firme. Jesús y los valores que representa no se tranzan. En todo sistema educativo que se llame cristiano debe permearse los ideales de Jesús. No hay otra forma posible.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

#MiguelÁngelNúñez #meditaciónmatinal #devocióndiaria
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.