“—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí” (Génesis 3:12)
Erasmo de Rotterdam fue un humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés. Algunos de sus libros siguen leyéndose por las muchas ideas excelentes que planteó, especialmente, en relación a los derechos y la ética de la protección al individuo. Lástima que su sabiduría no le alcanzara para considerar a la mujer en las mismas condiciones. Una de sus frases más repetidas es: “La mujer es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido aunque agradable y gracioso”.
Los concursos de belleza, que suelen atraer a miles de personas y donde se invierten y gastan millones de dólares, son una de las expresiones de desvalorización de la mujer, puestas como maniquies que sólo sirven de adorno, pero que en el fondo no son respetadas. Se las trata como si fueran estúpidas e ineptas, de hecho, el chiste más común es creer que las mujeres son como las jóvenes que se presentan a esos concursos: Lindas, pero huecas.
Incluso existe la idea que o es linda o es inteligente, pero ambas cosas no pueden ir en una mujer. Esa idea misógina y digna de orates, es tan común que aburre escuchar los chistes que se cuentan al respecto.
En la mayoría de los países occidentales se han creado leyes de protección laboral, especialmente para impedir el acoso sexual, tan común en lugares donde trabajan mujeres, porque muchos varones siguen creyendo que para ascender o progresar en el trabajo, deben hacerlo a costa de favores sexuales, porque muchos hombres creen que la mujer no tiene la suficiente capacidad para progresar de otra manera.
Es horroroso que algunos cristianos, que creen en la justicia divina, manifiesten ideas similares. Dios es un Dios de amor, pero también lo es de justicia. No podría crear este tipo de ideas que finalmente distorsionan todo y destruyen la esencia real de lo que significa la humanidad. Dios no hace a seres de primera y segunda categoría, por más que algunos misóginos lo crean.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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