Paternalismo misógino


“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32)

Hay situaciones en nuestro mundo que parecen haber sido tomadas de una oscura novela medieval. Lo más espeluznante es que ocurren en pleno siglo veintiuno.

Ghoncheh Ghavami, estudiante de Derecho en la Universidad de Londres y graduada en la Escuela de Londres de Estudios Orientales y Africanos (SOAS), con doble nacionalidad británica-iraní, fue detenida el 28 de junio del año 2015 al acudir acudir junto con varias activistas de los derechos de las mujeres a un partido del equipo nacional de voleibol en el estadio Azadí de Teherán. Las jóvenes se manifestaron fuera del centro deportivo exigiendo libertad para que las mujeres puedan acudir como público a este tipo de eventos.

Tras la creación de Estado Islámico de Irán en 1979, Irán prohibió a las mujeres asistir a partidos de fútbol en los estadios. En 2013, se amplió la prohibición a los partidos de voleibol. Las autoridades iraníes han manifestado en varias ocasiones que va en contra del interés público permitir que mujeres y hombres acudan juntos a los estadios, y que la prohibición discriminatoria impuesta a las mujeres iraníes las beneficia, ya que las protege del comportamiento lascivo de los espectadores masculinos.

En el caso de Ghoncheh Ghavami nunca imaginó la pesadilla que le esperaba cuando decidió ir a buscar su teléfono móvil al centro de detención de Vozara, en Teherán. El 20 de junio se lo habían confiscado tras ser detenida en la protesta pacífica en la que había participado. Fue condenada a un año de cárcel, alcanzó a estar cinco meses gracias a la presión internacional para que la liberaran. Cuando salió de prisión le contó a una amiga que la abofetearon y la arrastraron por el suelo cuando la detuvieron. Como consecuencia de ello, tenía moratones en el codo y en la espalda.

El paternalismo misógino va en contra de todos los principios bíblicos y del sentido común. Tratar a una mujer como una niña permanentemente no sólo no es lógico, atenta contra la esencia de la creación divina que formó a varones y a mujeres a su imagen. No hay lógica para comportamientos como los descritos.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado


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