Sexismo


“Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la que lo está tocando, y qué clase de mujer es: una pecadora” (Lucas 7:39)

El sexismo no es nada nuevo. Ha existido desde que el ser humano tiene memoria. Desde un comienzo del pecado se ha tratado a la mujer de forma discriminatoria, que es la esencia del sexismo.

Se define al sexismo “como la discriminación o el sesgo en contra de ciertas personas a causa de su género”.12 Estrictamente, no sólo puede ser discriminación en contra de la mujer, aunque mayoritariamente sea esto lo que sucede.

El sexismo se manifiesta de distintas formas. En los chistes que se emiten en los diversos medios. En la forma en que la mujer es tratada frente a la ley. El androcentrismo presente en las teorías psicológicas y sociales. Las escalas salariales diferentes entre varones y mujeres, por el mismo trabajo. El acoso laboral que sufren fundamentalmente las mujeres. La forma en que las distintas denominaciones cristianas tratan a la mujer. El asunto es que el sexismo está presente en todos los ámbitos: política, academia, economía, relaciones interpersonales y medios.

El problema mayor se suscita cuando en el ambito religioso mantenemos un discurso doble. Por una parte, no tenemos problemas para hablar de la libertad en Cristo (Gálatas 5:1), del sacerdocio universal de todos los creyentes (1 Pedro 2:9), de que todos somos imagen de Dios (Génesis 1:27), pero por otro lado, sin ningún tipo de fundamento, se insiste en que la mujer debe someterse diametralmente al varón, sin discusión, que debe quedarse relegada a la casa y sus funciones hogareñas, los niños, la comida, que sus vidas deben girar en torno a los proyectos del marido y aguantarse si en algún caso surgen problemas o el marido piede la paciencia e insulta, o incluso si maltrata físicamente.

Lo dramático es cuando se manipulan conceptos bíblicos para convencer que hay un modelo jerárquico que ha sido “querido” o “deseado” por Dios, lo que termina siendo desalentador para mujeres que ven en todo esto una contradicción por una parte con el carácter de Dios y por otro lado, con la injusticia del sexismo.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado


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