Sólo ayuda


“No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2:18)

Isidoro fue obispo de Sevilla. Fue considerado un hispanorromano de la época visigótica. Estuvo a cargo del arzobispado de Sevilla durante más de tres décadas (599-636). Posteriormente fue canonizado por la Iglesia católica. Considerado en su época como “el hombre más docto que ha aparecido en los últimos tiempos”. Este hombre, misógino, machista y maltratador ideológico de las mujeres dijo que: “El hombre fue hecho a causa de sí mismo. La mujer fue creada sólo como ayuda al varón”.

Evidentemente esta idea la tomó de algunos de sus antecesores como Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, lo interesante es que siguió este concepto estando presente hasta el siglo actual. Aún hay varones que creen honestamente que las mujeres existen exclusivamente para servirles. Creen además que ese es un modelo “divinamente instaurado” y que salirse de ese paradigma es “atentar contra el diseño de Dios”.

Por mucho que estas ideas me parezcan infantiles, suena bien a los oidos de quienes han olvidado totalmente el sentido de la humanidad y la creación divina.

Es extraño que estas personas crean en un Dios justo, pero a la vez, sostengan como premisa básica un acto de injusticia que supuestamente la divinidad creó: El nacer exclusivamente para estar al servicio de otra persona, sin considerar su propia existencia ni vida.

Muchos varones tratan a las mujeres con las que se vinculan como si fueran sirvientas que no tienen otra cosa más importante que hacer, que servir a los hombres. Aún más, algunos tienen la desfachatez de creer que eso debería “gustarle” a las mujeres y sienten que las que desean algo diferente, están saliéndose de lo que Dios creó y por ende, han de ser infelices y harán míseros a sus esposos e hijos.

El texto bíblico no dice nada de eso. Al contrario, supone que la ayuda es mutua. Tal como las manos que se ayudan mutuamente sin pelear si una es superior o inferior a la otra.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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