Amor a la justicia


“¡Líbrame tú de mis perseguidores, pues son más fuertes que yo!” (Salmo 146:2)

Amenudo me llaman “pastor divorcista” por mi defensa de la salud mental y de relaciones sanas en la pareja. El creer que en algunos casos, separarse es más saludable que permanecer en relaciones tóxicas no me convierte en “divorcista”, sino en pragmático, cuestión que a algunos parece habérseles olvidado. Nunca la Biblia ha vetado el divorcio como algunos sostienen a partir de la tradición medieval.

También me llaman “pastor feminista” por mi defensa de los derechos humanos, incluidos el derecho de las mujeres a ser tratadas de acuerdo a los cánones bíblicos que no incluye el ser consideradas apéndice de varones ni sirvientas puertas adentro con privilegios sexuales.

El gran problema, es que con estos reduccionismos absurdos no se logra generar el diálogo suficiente para ver el bosque. No se percibe el problema de fondo, que tiene a muchos hogares cristianos al borde del quiebre o en algunos casos, separados dentro del hogar, manteniendo las formas sólo para cuidar la imagen y privilegios religiosos y laborales. Es preciso sincerar lo que ocurre, de otro modo, muchas parejas seguirán padeciendo lo que no tendrían por qué sufrir.

Por otro lado, en el mundo contemporáneo se asiste a lo que Marina Castañeda llama un “machismo reactivo”, es decir, muchos varones que siempre han sido machistas, reaccionan resentidos frente a los avances que ha tenido la situación de la mujer. Se niegan con más fuerza a una división igualitaria del trabajo dentro del hogar, defendiendo su tiempo libre, sin considerar en absoluto los espacios de sus esposas, y queriendo mantener privilegios de solteros con absoluta desconsideración hacia sus parejas.

En el ámbito laboral, aunque las cosas han cambiado radicalmente, sigue dándosele prioridad a los varones y si alguna mujer destaca, se sospecha de sus capacidades y se supone, infundadamente que ha obtenido algún rédito en el trabajo sólo por favores sexuales o algo parecido. Reconocer los méritos de la mujer en igualdad de condiciones, para muchos varones, supone un atentado para su propia valía en el esquema patriarcal tradicional. Es necesario mucho trabajo aún para que esto cambie.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

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