“Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19:19)
La codependencia o la dependencia emocional es un problema grave de la personalidad que afecta a muchas personas, especialmente mujeres, que terminan confundiendo la verdadera naturaleza del amor.
Uno de los primeros síntomas de esta afección es estar siempre preocupado o preocupada, por complacer a los demás. Las personas codependientes sacrifican sus necesidades para atender primero las de su pareja o de otras personas.
En un amor mal entendido el auto sacrificio se convierte en una forma de entrega sin medida, donde el individuo se olvida de sí mismo y de sus necesidades y viven en función de otros.
Ante los ojos de los demás son vistas como personas abnegadas, que hacen un tremendo esfuerzo de amor por su familia y sus parejas. La realidad es que sacrifican sus vidas de manera unilateral sin medir que al hacerlo están abandonando su propia vida.
El amor, ciertamente es abnegado, pero nunca debería implicar que al amar debamos olvidarnos de nosotros mismos. Jesús dijo “ama como a ti mismo”, nunca dijo “ama en vez de ti mismo”. Amar no es renunciar a lo que se es como individuo. Muchas personas con una perspectiva equivocada de la abnegación y del cristianismo suponen que amar implica renunciar a sí mismos, como si eso fuera meritorio, cuando en realidad es un atentado contra sí mismo.
La verdadera abnegación equilibrada supone que nos entregamos a otros, pero sin renunciar a nosotros mismos. Tenemos que respetar los sueños y expectativas ajenas, pero sin olvidar las propias, porque de hacerlo el costo es exhorbitante, puesto que hace que los individuos pierdan la capacidad de dimensionar el daño que se hacen.
Las personas dependientes emocionalmente no saben respetarse a sí mismas, no son capaces de establecer límites para darse tiempo a sí mismas. Con un enfoque sobre la entrega a otros equivocada, terminan autodestruyéndose. Una persona que realmente ama, entrega sin abandonarse.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
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