“El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta” (Proverbios 21:29)
Nunca ha sido fácil decidir. Cualquier paso que vayamos a dar tiene consecuencias. Sopesarlas cuidadosamente es una tarea ardua que demanda concentración y medir cada paso que damos. Es en muchos sentidos un parto, que antes de dar a luz, tiene que gestarse lentamente, de otro modo, lo que nace no es de buena calidad ni viable.
El gran problema es que no somos enseñados a decidir sino a sentir. La mayoría de las personas no ha aprendido el arte de tomar decisiones, sino sólo el sentir como patrón para tomar decisiones. Esto es más cierto en el caso del amor donde la razón parece quedar estancada y arrinconada, como si no hubiera posibilidades ciertas de hacer las cosas de manera diferente.
Decidir es estar en un cruce de caminos. Se impone la tarea de elegir por qué sendero debemos optar. En ocasiones se tienen todas las razones para tomar una buena decisión, y en otros momentos, simplemente, tenemos que indagar más.
En relación al amor, la mayoría de las personas simplemente “se deja llevar”, en otras palabras, deja que las cosas tomen su propio rumbo, sin hacer mucho para detener las consecuencias. Prima la sensación de que amando nada malo podría suceder y en algunos sentidos es verdad, pero, en la mayoría de los casos, si no se toman los resguardos adecuados se pueden tomar sendas que en vez de dar felicidad provoquen dolor y sufrimiento.
El texto de hoy habla de “examinar su propia conducta”, lo que siempre implica pensar, analizar, hacer instrospección, sopesar lo positivo y lo negativo, en suma, hacer el trabajo que a menudo se elude cuando se va a decidir, examinar con cuidado antes de tomar una decisión.
El amor es grandioso, sin embargo, cuando no analizamos cuidadosamente el momento, las condiciones y sobre todo, la persona a la que entregaremos nuestro amor, podemos fallar al tomar la decisión incorrecta y lamentarlo más tarde. No es cosa de “dejarse llevar” sino de pensar.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: LAZOS DE AMOR
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