Pacto y divorcio


“Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y te confirmaré un pacto sempiterno” (Ezequiel 16:60)

Un pacto es una relación donde dos partes hacen un acuerdo solemne. Es algo formal y que tiene características legales definidas. No se trata ni de un sacramento (dador de méritos de salvación), ni una cuestión religiosa. Es simplemente, un acto donde dos personas, libre y soberanamente, sin presión ninguna, eligen establecer una relación que otorga deberes y derechos.

Por definición, en todo pacto hay dos partes al menos. Cada parte establece sus propios términos, los cuales son observados o acatados por la otra parte. Es una cuestión lógica, que para que un pacto tenga validez, ambas partes deben estar plenamente de acuerdo en los términos, de otro modo, el pacto está viciado desde un comienzo.

Lo interesante de la relación matrimonial, es que en ningún versículo se le concede carácter sacramental al matrimonio, es decir, tal como mencionamos antes, no se le da mérito de salvación. El matrimonio, es un pacto, que se establece sobre la base de la honestidad de ambas partes que eligen cumplir su parte del pacto.

El pacto matrimonial incluye, deberes y derechos. Algunos hacen énfasis en el derecho, pero olvidan que por definición todo derecho implica un deber. No puedo pedir, por ejemplo, respeto si no estoy dispuesto a concederlo.

¿Qué ocurre cuando una de las partes no cumple el pacto? Pues por definición, ya no hay más pacto. Para que el pacto se mantenga ambas partes deben cumplir lo acordado. Quién está cumpliendo con el acuerdo no tiene ninguna obligación de seguir en el pacto si la otra parte decide invalidar lo prometido. Es así de simple y también de complejo, porque cuando un pacto se rompe, hay consecuencias, y nunca son agradables, pero no se puede continuar una relación basados exclusivamente en que unilateralmente alguien cumpla lo acordado y la otra parte no. Así no funciona, ni en acuerdos comerciales, ni menos en relaciones intepersonales. El no cumplir, es indicador que se ha invalidado lo pactado.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
LAZOS DE AMOR

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