“Te cubres de luz como con un manto” (Salmo 104:2a)
La poesía tiene esa virtud, decir con pocas palabras y usando metáforas, muchas ideas. El verso que encabeza la reflexión de hoy es una de esas frases que dicha de esa manera, simplemente, muestra una faceta de Dios que simplemente, nos cuesta mucho entender.
Dios es Dios, ¿qué significa eso? Simplemente, que está más allá del alcance de nuestra comprensión. La divinidad se muestra a partir de imágenes y metáforas para que podamos tener apenas una vislumbre de lo que es y representa. La vanidad humana es suponer que puede, utilizando su intelecto, tener una comprensión plena de Dios.
La frase que encabeza esta reflexión se la atribuye a Albert Einstein y es el título de un libro de Arturo Aldunate Philipps, un ingeniero, escritor, empresario, poeta e investigador chileno. El libro, que leí en mi adolescencia, aún está en mi biblioteca, es un libro de divulgación científica que intenta encaminar a los no creyentes hacia Dios y la fe, de hecho el subtítulo es “por la ciencia hacia el creador del universo”.
¿Qué pasa cuando miramos directamente la luz? Pues, simplemente, quedamos ciegos, no vemos nada, la luz nos impide ver. Esa es la analogía de Einstein y que toma Aldunate. Es imposible que conozcamos totalmente a Dios, a lo más podemos acercarnos para tener vislumbres de su presencia.
Todo lo que conocemos de Dios es tangencial. La mayor revelación de Dios se da en Jesucristo, y aún cuando se han escrito miles de libros sobre él aún quedan incógnitas que resolver. Seguramente nunca, en esta tierra, aclararemos todo. Es un acto de vanidad pretender tener una respuesta definitiva.
Para los especialistas en juntar frases de versículos de la Biblia para “probar” determinados pensamientos previos, simplemente, les resulta insólito pensar en que Dios se ha cubierto a sí mismo con un manto de luz, como señala el poema 104 de Salmos. La luz, lo protege del dogmatismo y las nociones extremas. Dios es equilibrio sumo. Los seres humanos son los que les gusta decir que conocen a Dios, cuando en realidad lo que tienen en términos cognitivos, son apenas balbuceos infantiles de significado. Dios, está cubierto de luz.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: SALMOS DE VIDA
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