“Más tarde, el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: ‘No se duerma usted en sus laureles; trace un buen plan, porque el año entrante el rey de Siria volverá a atacar’” (1 Reyes 20:22)
El dicho “no se duerma en sus laureles” se hizo famoso por los griegos, pero ya era usado mucho tiempo antes como se observa en las palabras que el profeta Elías dirige a Acab. ¿Qué significa la expresión?
El laurel era considerado por griegos y romanos como un árbol protector y curativo. También se lo consideraba símbolo de resurrección, porque las hojas de laurel no se marchitan cuando son cortadas. Luego, lo usaron para representar la gloria del triunfo, de allí que a los ganadores de las olimpiadas recibían como galardón una corona tejida con hojas de laurel, de allí se acuñó la palabra “laureado”, para referirse a los ganadores.
En la práctica, la expresión se convirtió en un símbolo de quienes una vez obtenido un éxito se descuidaban o abandonaban la actividad que habían emprendido, confiando en los éxitos logrados.
La actitud persiste en quienes una vez obtenido un logro se relajan y no se esfuerzan más, pretendiendo que se les valore y recuerde por lo que fueron. El problema es que la vida humana es difícil y exige retos una y otra vez. Si alguien se duerme, entonces, es avasallado por el resto y pierde protagonismo.
Recuerdo a un compañero con quien nos graduamos juntos de la facultad de teología que un día me dijo muy ufano:
—Yo no leo, para qué. Ya leí todo lo que debía leer mientras estudiaba.
Otro un día se me acercó y me dijo:
—¿Para qué sigues escribiendo? Yo estaría contento con un libro y listo.
La expresión que describe a estas personas es “mediocridad”, individuos que se conforman con lo mínimo y no se esfuerzan por dar más de sí mismos.
Todos los que alcanzan éxito, son aquellos que constantemente están dando el máximo potencial de sus posibilidades, y una y otra vez se esfuerzan por ser mejores. Dios no nos hizo para la mediocridad, sino para ser mejores, no para enorgullecernos, sino para dar lo mejor de nosotros.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos

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