“¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!” (Proverbios 31:31)
Muchas personas han hecho del logro su razón de vivir. No descansan hasta que no tienen algo que exhibir, un título, una copa, una presea, un galardón, algo que diga que han obtenido algo y que ese algo los ha hecho estar en el podio de las personas exitosas. Algunos acumulan títulos universitarios no con afán de servicio sino para mostrar logros. Otros, van en busca de trofeos deportivos, y la lista es larga. Cuando uno examina el libro de Guinness Record, se encuentra con cientos de absurdos, que simplemente, buscaron batir algún record para ser reconocidos por algún logro.
Sin embargo, es una forma poco sabia de mirar el éxito. El que una persona alcance una meta no lo convierte en una persona más satisfecha y plena. Conozco a personas que han logrado llegar a lo más alto de la calificación académica, donde ya no hay más títulos que lograr, y se siente profundamente decepcionados de la vida.
El éxito, tal como lo señala John C. Maxwell, “no es una lista de metas que se van tachando una tras otra. No es llegar a un destino. El éxito es el viaje”.
Muchas personas que logran lo que han aspirado por años, una vez llegada a la meta, se descorazonan, sin saber qué hacer con sus vidas. Lucharon tanto que no saben qué sendero tomar. Como diría de una manera irónica el escritor inglés Oscar Wilde (1854-1900): “Un tonto no se repone de un éxito”.
La ambición mata. La búsqueda de logros, sólo por el logro, ha llenado los cementerios, de personas que terminaron con sus propias vidas en busca de un logro que los hiciera destacar.
Las metas sirven como medio. Si logramos lo que esperamos, tenemos que tener un plan B, no podemos quedarnos allí sin saber para qué hemos hecho el esfuerzo.
El logro es la lección del alpinista, se prepara por años para subir a la cumbre, lo logra, pero no puede quedarse allí, quiera o no debe bajar, y lo hace con dignidad sabiendo que la vida no puede reducirse a un logro, porque de otro modo, se convertiría en algo pueril y sin sentido.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos
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