El “es la cabeza de todo poder y autoridad” (Colosenses 2:10)
El poder fascina a muchos. Millones de personas creen que si tienen poder serán felices y tendrán éxito, no necesariamente en ese orden, pero creen que una cosa y otra van acompañadas.
La verdad sea dicha: El poder es uno de los más inestables bienes que hay sobre esta tierra, se van tan rápido como llega.
El poder tiene la facultad de mostrar los lados oscuros de la personalidad humana, tal como alguna vez señaló el que fuera presidente de los EE.UU., Abraham Lincoln: “Casi todo hombre puede resistir la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder”. ¡Claro! Porque en ese momento aflorará la persona que realmente es y que no se alcanza a vislumbrar en el entramado que los seres humanos construimos para mostrar lo que queremos que los demás vean, aunque no siempre está conforme a lo que somos en realidad.
El poder es una verdadera prueba de carácter. Supongo que muchos lectores habrán tenido la oportunidad de conocer a personas que eran fiables, amables, sencillas, accesibles, empáticas, y que de pronto un día se vieron con algo de poder, y afloraron características totalmente desconocidas. Se convirtieron en desconfiados, poco amables, orgullosos, inaccesibles, y fríos ante las necesidades de otros.
El poder puede ser una bendición en manos de una persona íntegra, pero tal como muestra la historia humana, si el poder lo tiene un individuo inescrupuloso, se tornará en un arma de destrucción y pondrá una mancha sobre su contexto.
Si medimos el éxito en función del poder, Satanás entonces sería una persona exitosa, y así mismo muchos de los que durante la historia han tenido poder sobre vida y muerte en otras personas. Dictadores, tiranos, asesinos y genocidas, serían personas exitosas, porque todos en su momento gozaron de poderes no cuestionables.
¿Es eso el éxito? No. Una persona de éxito no va en busca del poder por el poder. No mide su vida en función de lo que logra hacer arbitrariamente en favor o en contra de otros. El poder va y viene. No es algo que se mantiene, por mucho que algunos se aferren al poder.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos
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