“No les tengas miedo, que el Señor tu Dios pelea por ti” (Deuteronomio 3:22)
El miedo es el gran enemigo de la estabilidad mental. Una persona temerosa no avanza, se queda paralizada y realiza acciones que no son ni lógicas ni productivas. El miedo hace aflorar en nosotros nuestros aspectos más oscuros. Aprender a controlar el temor es fundamental para una vida en desarrollo y para tener éxito.
El escritor checoslovaco-austriaco Franz Kafka (1883-1924), escribió una fábula donde cuenta de un pequeño animal que vivía temeroso en el fondo del bosque. Lo único que quería el animalito era vivir seguro. Se metía en su madriguera y la tapaba con mucho cuidado para que ningún depredador lo descubriera. Sin embargo, para estar completamente seguro de estar cubierto, tenía que verla desde afuera y comprobar que todo el camuflage funcionara. Inevitablemente, al salir destruía su obra, y una y otra vez tenía que volver a comenzar. Era tanto el miedo que no podía desarrollar el criterio que le permitiera pensar con más cordura ni buscar una manera más ingeniosa de lidiar con sus temores.
Pasa lo mismo con los que viven anegados de miedo. El temor no les permite pensar con claridad y terminan tomando decisiones absurdas y dejándose esclavizar por sentimientos que no les ayudan a salir de la situación.
El miedo nos hace cobardes, tanto que no somos capaces de tomar una decisión por temor a las consecuencias de la misma. La valentía, por el contrario, no es la ausencia del miedo, sino la capacidad que permite ir hacia adelante pese a las emociones de temor que albergan. Es un error creer que los valientes no temen, la realidad es que aprendieron a vivir con sus miedos y a tener control sobre ellos.
Es imposible que no existan situaciones que nos desborden y no nos permitan acceder con facilidad a las fuerzas que nos saquen de esa situación. No necesitamos actuar como héroes, simplemente, entender que somos humanos y que estamos sujetos a emociones que nos hacen ver la realidad desde una perspectiva ligada a la emoción que tenemos.
Dios nos hizo así, sujetos de emoción. Es interesante que la frase que más se repite en la Biblia es “no temas”, porque Dios sabe que el temor nos destruye, por eso que al temor hay que hacerle frente, nunca esconderlo.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: Superando obstáculos
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