Ceguera ideológica


“¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!” (Miqueas 3:11)

Alguna vez escuché a uno de esos predicadores que gustan de sacar textos fuera de contexto citar estas dos frases y hacer toda una homilía, descontextualizada. Al leer el texto completo lo que dice es algo totalmente diferente, es parte de una reprensión irónica del profeta Miqueas referida a los líderes que no cumplen con su función espiritual y de guía.

El texto bíblico completo dice: “Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: ‘¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!’” (Miqueas 3:11). Cambia la cosa. El sentido es reprobatorio. Lo que expresa es un asunto totalmente diferente. Muchos de los líderes corruptos de Israel pecaban de presunción. Es decir, presumían tener a Dios de su parte aún cuando hacían todo lo contrario de lo que Dios les pedía.

Las cosas no han cambiado. Siempre es así. La ceguera ideológica de los líderes corruptos los hace creer que aún cuando actúan mal tienen a Dios de su parte, sin darse cuenta o autoengañándose al no entender que Dios no puede estar del lado de la injusticia y la maldad.

En un gravísimo error autoengañarse creyendo que Dios bendice el liderazgo de quién no es coherente con los designios de Dios. Un líder debe dar el ejemplo, más si está motivado por el deseo de guiar a las personas al conocimiento de Dios o al camino de la plenitud espiritual.

El error de los líderes de Israel en tiempos de Miqueas lo siguen cometiendo quienes obran mal, con injusticia y mentira, y aún así creen tener a Dios de su parte. Craso error.

“La multitud por sí sola nunca llega a nada si no tiene un líder que la guíe” (Hermann Keyserling)

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito Reflexiones al amanecer

#MiguelÁngelNúñez  #Devocionmatinal  #Reflexiones
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