Constante encrucijada


“Toma su puesto en las alturas, a la vera del camino y en las encrucijadas” (Proverbios 8:2)


Cuando entendemos lo que es la vida y asumimos el compromiso de vivir nuestro propio proyecto de vida, no el de alguien más, ni siquiera el de nuestra pareja, sino un proyecto en el que hemos elegido ser parte vital, donde nos hemos comprometido, entonces, la vida se vuelve compleja, desafiante, llena de desafíos, de retos que nos obligan a reflexionar seriamente sobre lo que queremos hacer en el paso siguiente. Pero, eso que se ve difícil, también está lleno de satisfacciones, de alegrías, de la convicción de que estamos viviendo nuestro propio proyecto de vida, no uno prestado ni impuesto.

Aceptar el reto de hacernos cargo y de vivir con nuestras propias reglas, sabiendo que somos arquitectos de nuestro propio porvenir nos pone frente a la disyuntiva de entender que la vida es constante encrucijada. En cada momento tenemos que elegir el paso siguiente, a veces, con no todas las herramientas que nos permita decidir bien. Por esa razón Ortega y Gasset decia que “la vida es... perplejidad, constante y esencial perplejidad” (Ortega, 1970:74), porque nos deja a menudo estupefactos, sin palabras, con una sensación de profunda instrospección que nos obliga a meditar bien el paso siguiente.

Por la vía de la responsabilidad, nos vamos a equivocar muchas veces, pero, serán nuestros errores y también nuestros aprendizajes. No tendremos que darle cuenta a nadie, salvo a nuestra conciencia y a Dios si somos creyentes, pero el darle cuenta a Dios no es como vivir delante de un juez, sino de un compañero de ruta al que le decimos si hemos tomado una mala decisión, pero a fin de cuentas, está con nosotros y elige acompañarnos para darnos su apoyo, y aliento y nunca para tirarnos el carro abajo ni para ponernos baches en el camino, esa perspectiva, que no es la de los agoreros del legalismo, libera y fortalece, porque Dios está allí para ser nuestro compañero de ruta.

El asunto es que los errores no nos aplastarán, simplemente, porque sabemos que el proyecto de vivir sigue y seguimos estando a cargo del guión. Un desliz vital no significa la pérdida de todo el proyecto.


Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
LAZOS DE AMOR

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