El amor está atado

“Que el Señor los lleve a amar como Dios ama” (2 Tesalonisenses 3:5)

La persona que elige amar decide amarrarse a la vida de otra persona. Por propia opción toma la decisión de vivir atado a quien ama, porque el amor aunque nace en la libertad, nos amarra a otra vida, la de aquel que amamos. Los días ya no son los mismos, y nosotros tampoco, porque en el horizonte de la vida ahora tenemos a alguien por quien ocuparnos. La vida exige compromiso con un proyecto de vida. El amor nos obliga a estar atentos a la vida de quien hemos decidido amar. Es un amarre voluntario, pero atadura al fin, de hilos de oro, de cuerdas de seda, pero, están allí para recordarnos que en nuestra libertad elegimos compartirnos y darnos a otra persona.

Chesterton, el gran escritor inglés lo expresó diciendo: “El amor no es ciego; de ninguna manera está cegado. El amor está atado, y cuanto más atado, menos cegado está”. Porque quien sabe que en libertad ha ofrecido su libertad, estará atado a quien eligió como compañero para vivir esa atadura hermosa.

Algunos huyen precisamente de ese compromiso, sin darse cuenta que el amor no se puede vivir de otro modo que no sea con ataduras. La libertad elige atarse en el amor, porque la libertad sabe que es la única forma de vivir el amor de manera plena.

No se puede vivir un “amor libre” que implique falta de compromiso y responsabilidad por el amado. Una noche de sexo desenfrenado no es amor, es sólo eso, desenfreno sin control que al final, igual que un automovil sin frenos, nos deja a la vera del camino, averiados y con más heridas de las que teníamos antes de embarcarnos en esa aventura de desenfreno.

Lo único que libera es la atadura del amor. Porque es ese amarre vital y excelso el que nos mantiene libres. El amor que ata nos libera porque no nos obliga a nada más que lo que el amor quiere, que es entregarse de manera incondicional a la persona que amamos, sabiendo que esa entrega, en condiciones sanas, será retribuida por una experiencia de amor indescriptible, llena de plenitud, y podremos sortear cualquier dificultad, porque el amor que ata, también protege contra los embates de la vida.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
LAZOS DE AMOR

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