“Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo” (Colosenses 2:8)
Hemos hablado del proyecto de vida y la importancia de tener claridad al respecto. Nadie avanza sin saber previamente hacia dónde va, de otro modo, se expone a llegar a cualquier parte. Es como un capitán de barco, antes de partir traza el rumbo. O un capitán de aviación, pone el avión en pilóto automático habiéndolo programado exactamente en qué dirección debe avanzar el aparato.
Un matrimonio sin proyecto de vida es como barco a la deriva o como avión sin rumbo. En ambos casos se corre el riesgo de encallar o de caer en el océano.
Pero, ¿cómo hace una pareja para programar el rumbo que debe tomar su vida? En otras palabras, ¿cómo construyen su proyecto de vida?
Para poder establecerlo es preciso partir de lo prioritario que es lo que le da solidez a lo que van a construir y es definir sobre la base de qué principios éticos y morales han de construir su vida.
Conocí a una señorita que se enamoró de un joven, bien parecido, inteligente, pero que se dedicaba a la venta de droga en la selva peruana. Ella, ingenuamente pensó que su amor podría hacerlo cambiar y siguió adelante en una relación de alto riesgo. El joven comenzó a frecuentar la iglesia a pedido de ella, entendió intelectualmente algunas verdades bíblicas, pero un día en que estaba de visita por ese lugar me dijo:
—Es que pastor usted no entiende, es el único medio que conozco para ganarme la vida.
—Podrías aprender otro, tal como muchos lo hacen —le dije.
El movió la cabeza y me dijo:
—Es demasiado difícil.
Ella no lo entendió. Ahora, con hijos, con su esposo en la cárcel y con muchas heridas emocionales ella entiende que fue el peor error de su vida. No entendió que el proyecto se construye sobre valores.
Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
LAZOS DE AMOR
LAZOS DE AMOR
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