“Sálvame, oh Dios, por tu nombre; defiéndeme con tu poder” (Salmo 54:1)
Todo niño normal lo sabe, sus padres están allí, entre otras cosas, para defenderlo. Los niños corren a los brazos de sus padres porque saben que encontrarán refugio y protección. Ningún niño huye de sus progenitores, porque ha entendido en su cuidado y amor que ellos están para acompañar y no para dañar. Por eso que es tan destructivo en la vida de una persona cuando eso no ocurre. Las secuelas que quedan del abandono perduran la mayor parte de la vida.
Por esa razón, por la convicción que tiene, el salmista se acerca a Dios confiado pidiéndole que lo salve y que lo defienda con su poder. Cuando alguien hace un pedido similar, sabe con certeza que lo que está pidiendo tendrá respuesta porque confía.
Es horroroso el discurso de quienes no entienden el amor paternal de Dios y lo han convertido en un monstruo vengativo, lleno de rencor e ira. La imagen que se proyecta de la divinidad está llena de mitos e ideas torcidas que presentan a un Dios que no es grato contemplar.
Quienes presentan ese dios, así con minúsculas, no sólo proyectan en la divinidad sus propias trancas emocionales y conflictos internos, sino que además, son víctimas de concepciones tan erróneas que de sólo pensarlas causa escalofrío.
No son capaces de entender que la Biblia está llena de descripciones antropomórficas de Dios. Ideas que se transmiten desde la perspectiva de seres humanos incapaces de entender otra forma de obrar de Dios.
A un Dios de amor y bondad se le atribuyen genocidios, asesinatos y matanzas a mansalva, mostrando de ese modo, no sólo una distorción macabra, sino dejando en la estacada a miles de personas que están luchando por creer y que ante tal cuadro de la divinidad salen huyendo despavoridos.
El Dios de la Biblia salva, protege, cuida y recibe en su regazo materno y paterno. No es un Dios de venganzas, por mucho que en la Biblia aparezcan versículos que escritos por seres humanos finitos, así parecieran presentarlo. Es como si un grupo de hormigas buscara palabras para dar a conocer la realidad humana. Probablemente, elegirían algunas de las palabras de los escritores bíblicos.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
SALMOS DE VIDA
SALMOS DE VIDA

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