En el día de la angustia


“Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás” (Salmo 50:15)


Todos tenemos, en algún momento de la vida, instantes donde todo el horizonte se torna negro y no se ve salida para las aflicciones que nos aquejan. La angustia es como una soga que asfixia y donde parece que todo se va a acabar y no hay salida.

El texto del salmista es una promesa. Dios nos dice que en el día de la angustia le invoquemos. Invocar implica clamar por su nombre y esperar que él sea quien traiga solución a nuestras aflicciones más profundas. Sin embargo, nos cuesta trabajo entender cómo obra la providencia divina.

El texto dice que Dios ofrece librarnos, ¿de qué? Pues está hablando de la angustia, así que lo obvio es que Dios ofrece quitarnos esa carga que nos asfixia, evitar que estemos angustiados. En ocasiones Dios efectúa milagros, pero el texto no nos habla de eso. Simplemente, nos recuerda que Dios nos puede dar la tranquilidad de ánimo que necesitamos para enfrentar los retos que nos toca vivir, algunos de ellos, realmente agobiantes.

En ocasiones los que invocan el nombre de Dios lo hacen bajo la condición de que Dios realice determinadas acciones en el contexto en que las pedimos y de la misma forma en que creemos necesitar. Pero no es tan sencillo el asunto. Dios tiene el control, pero no controla todo. ¿Cómo es eso? dirán algunos, pues simplemente, que Dios se ha autolimitados dándonos a los seres humanos la capacidad de elegir por nosotros mismos. Si Dios actuara en contra de la voluntad humana sería un déspota y un tirano. Por lo tanto, su acción sigue los recovecos siempre cambiantes de las elecciones humanas.

Dios es respetuoso de nuestra conciencia y de lo que elegimos, eso nos cuesta entender a nosotros los humanos que con un poco de poder avasallamos lo que otros eligen, irrespetando sus decisiones e imponiendo nuestras premisas y conceptos. Dios, simplemente, no hace eso, aunque tiene el poder para hacerlo.

La promesa es que nos librará de la angustia. No necesariamente de la situación que nos aflige.


Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
SALMOS DE VIDA 

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1 comentario:

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