Justicia social


“El rey hará justicia a los pobres del pueblo y salvará a los necesitados; ¡él aplastará a los opresores!” (Salmo 72:4) 


A despecho de lo que piensa mucha gente ignorante de la Escritura, o que a propósito desconoce textos de la Biblia, es innegable que la Palabra de Dios hace constantes llamados a la justicia social. Desconocerlo es equivocar los tantos.

Muchos cristianos, especialmente, quienes eluden su responsabilidad social, sostienen que la misión de la iglesia es exclusivamente predicar sobre la salvación y circunscriben esa misión a una cuestión teórica relacionada con la muerte de Cristo. Pero esa es una verdad a medias, y toda verdad a medias, es finalmente falsa.

Si bien no hay un tema más importante que la salvación, eso no implica que sea lo único de lo que habla la Escritura. Al contrario, el pensamiento bíblico sostiene que una persona que se sabe salva, que ha conocido a Dios y tiene un vínculo especial con la divinidad, lo demostrará en su trato con sus semejantes, que ahora, en Dios, cambiará radicalmente.

Por ejemplo, el versículo de la reflexión de hoy da cuenta de un rey que ama a Dios, por lo tanto, en su accionar hay justicia, en especial hacia pobres y necesitados, y que enfrenta a los opresores y los aplasta. Eso no es pasividad, es acción e implica un movimiento social poderoso, porque no se hace justicia al pobre y al necesitado sólo con buenas intenciones. Es preciso trabajar y crear las condiciones para que se produzcan cambios de fondo.

Isaías, en abierto rechazo a la religiosidad de las formas, sostiene algo que han olvidado los “espiritualizantes” de hoy”. Dice bajo inspiración divina: “El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?” (Isaías 58:6-7).

¡Qué distinto a la religiosidad de las formas! Yo le tengo miedo a algunos ayunantes que hacen aspaviento de su “espiritualidad” mientras no mueven un dedo por el necesitado que está a su lado.


Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
SALMOS DE VIDA 

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