“Tu amor es mejor que la vida” (Salmo 63:3a)
Qué podría ser mejor que la vida? El verso del Salmo 63 parece ser una exageración. La razón es simple, si nos falta la vida, nos quedamos sin nada, así que a simple vista, no hay mejor cosa que la vida misma. Es lo que sustenta todo.
No obstante, el salmista tiene otra opinión. Él cree que el amor de Dios es mejor que la vida. ¿Por qué? Porque en realidad, el amor de Dios es el fundamento de todo. Sin su amor, en realidad, no tenemos nada.
Vivir no es sólo respirar, es tener un sentido, un propósito, es tener un para qué vivir, el amor de Dios actuando en la existencia de un ser humano provee de eso y mucho más.
Quien encuentra a Dios recibe un tesoro no endosable a nadie, porque es una experiencia única, individual e instransferible. Por esa razón, cuando se enseña sobre la divinidad, lo único que tiene impacto real es el testimonio de vida de quienes conocen experiencialmente a Dios.
Es fácil elaborar discursos religiosos. La espiritualidad está cada vez más manoseada, especialmente por traficantes de sueños religiosos que no dudan en vender falsedades con tal de obtener réditos de los ingenuos que les siguen.
Lo real es que quien conoce a Dios personalmente, no necesita de ningún gurú, pastor, sacerdote o religioso que sirva de intermediario. A Dios se puede ir libremente, sin ningún medio que no sea Jesucristo mismo.
Alguna vez el filósofo cristiano danés Soren Kiergaard dijo: “La vida no es un problema a resolver, sino una realidad que se experimenta”. Parafraseando esa idea podemos decir que Dios no es un dilema teológico que hay que solucionar, es una realidad que se experimenta.
Quien tiene la teoría no necesariamente tiene a Dios. No necesitas ser un doctor en teología para reconocer la bondad divina y su inmenso amor. Dios es superior a la vida, porque sin Dios no hay vida, sino sólo mera existencia vacía de propósito y sentido. Es Dios con su amor lo que le da lógica a todo lo que existe.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
SALMOS DE VIDA
SALMOS DE VIDA
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