“No atiende a consejos, ni acepta corrección” (Sofonías 3:2)
La negación va de la mano del autoengaño. Una persona que no acepta que tiene un problema o que se inventa una realidad que existe sólo en su mente, es muy difícil que pueda recibir ayuda. La condición básica para salir adelante y reponerse de un traspié o de una situación compleja es haber aceptado que se tiene un problema y permitir que alguien nos oriente o nos de salidas que nosotros no estamos viendo.
Se produce un proceso de “disonancia cognitiva”, utilizando la expresión acuñada por L. Festinger en 1957, porque por una parte sabemos que lo que estamos haciendo, auto engañarnos, está mal, pero por otro lado, seguimos en la misma tesitura, sin dar un paso al lado en relación a esa conducta errática.
La negación es un mecanismo de defensa que utiliza el auto engaño como una manera de esconder la realidad que se está enfrentando. Quienes caen en la negación no son capaces de vislumbrar lo que les ocurre e inventan excusas para no confrontar su situación existencial. Van por la vida creando fantasías que sólo están en su mente y que no son reales.
Cuando se produce el mecanismo defensivo de la negación la persona ignora o rechaza cualquier realidad que le resulta difícil de aceptar, y que de reconocerla le obligaría a tomar conciencia de sus emociones y en la mayoría de los casos, a tomar alguna acción al respecto.
En la Alemania nazi, miles de personas que vivían en lugares cercanos a donde se encontraban los campos de concentración, negaron los hechos, aunque habían evidencias, les resultaba tan increíble creer que aquello podría estar pasando, que simplemente, en una negación colectiva, callaron ante el genocidio y actuaron como si aquello no estuviese pasando.
A nivel individual, siempre es así. Por esa razón, las personas de éxito son aquellas que logran visualizar con certeza cuál es su situación personal real y hacerle frente, sin ignorar las debilidades y fortalezas de su propio proceder.
Cuando alguien genera mecanismos de negación, entonces, es un firme candidato a sufrir secuelas de dolor, sufrimiento y tristeza, que son las emociones que acompañan a aquel que descubre que se ha autoengañado.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
SUPERANDO OBSTÁCULOS
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