“Cada uno ayuda a su compañero, y le infunde aliento a su hermano” (Isaías 41:6)
Hay profesionales que son reacios a pedir ayuda, especialmente a tiempo. Pastores, médicos, abogados y psicólogos contrariamente a lo que saben, generalmente no solicitan ayuda cuando están en problemas. De este grupo, el mayor problema son los líderes religiosos. Por la misma naturaleza de la función que realizan, les cuesta mucho entender que pedir ayuda no denigra ni rebaja su trabajo. Es una labor muy difícil convencer a pastores que deben acudir a especialistas, esto es más complicado cuando lo que precisan es algún profesional de la salud mental. Es un gran obstáculo, no sólo para ellos, sino para sus feligreses y familias.
La realidad es que las estadísticas mundiales indican que muchos pastores enfrentan problemas de depresión, agotamiento físico y mental. El 70% de los pastores luchan constantemente con la depresión, y el 71% están "agotados". Además, el 72% de los pastores dicen que sólo estudian la Biblia cuando necesitan preparar sermones, el 80% cree que el ministerio pastoral afecta negativamente a sus familias, y el 70% dice no tener un "amigo de confianza", de acuerdo con el informe del Instituto Schaeffer.
Lo que hay en el fondo es no sólo una mala comprensión del ministerio pastoral, sino además, de la vida religiosa y de la relación con Dios y su poder de gracia.
Muchos sólo creen que ante las problemáticas que deben enfrentar sólo sirve orar, lo que se convierte en una especie de negación psicológica que les impide dar el paso de solicitar ayuda.
Por otro lado, cuando un porcentaje muy inferior, logra traspasar la dificultad de pedir ayuda, no saben a quién recurrir, porque han sido enseñados en que ellos, como líderes religiosos, no deberían tener problemas, por lo tanto la vergüenza y la culpa los inmoviliza para pedir ayuda.
La realidad, es que todo ser que existe necesita ayuda en algún aspecto. Nadie está inmune a tener conflictos. No ha nacido la persona que no precise ayuda. Quien asume que pedir auxilio es de algún modo degradarse, no entiende lo que implica y significa ser humano. La persona humana es frágil, aceptarlo es el primer paso para ser fuerte, por muy paradojal que nos parezca.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito:
SUPERANDO OBSTÁCULOS
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