Sin miedo al fracaso


“Pero nadie golpea al que está derrotado” (Job 30:24)

Los niños son osados, no saben qué es fracasar, así que como eso no está en su mente, lo intentan sin miedo. Prueban, experimentan, exploran, avanzan, buscan, hurgan, y lo hacen con total naturalidad sin ningún tipo de temor. Sin embargo, a medida que van creciendo, son los adultos los que comienzan a poner trabas en su mente al calificar algunos de sus resultados como derrotas o fracasos.

Los adultos crean condicionamientos que se van tornando en obstáculos invalidantes en la mente de los menores, en parte, porque los mayores tienen conflictos personales con el fracaso.

Pero, ¿qué es el fracaso? Muchos adultos lo ven como una derrota amarga que no debería volverse a repetir. La razón por la que se actúa de esa manera es porque se ha estigmatizado el fracaso como algo malo y que tiene consecuencias fatales en la vida humana. Dicha perspectiva no sólo no es lógica, sino que se convierte en un factor determinista en la vida de las personas que no hacen más y no avanzan, simplemente, por esos temores que han aprendido y que les han inculcado los adultos.

La realidad es que el fracaso es sólo experiencia. Cuando alguien es derrotado en algo, lo único que debería aprender es que así no se hace o que por ese camino no se avanza. Sin ninguna carga peyorativa o acusadora de quienes ven el fracaso como algo malo.

Los adultos tienden a estigmatizar la derrota como algo inaceptable. Muchos, con un negativismo absurdo, lo ven como el fin de todas las oportunidades. Otros siente que cometer un error es un signo de debilidad, de incapacidad, poca destreza o falta de inteligencia. Lo único que se consigue con esto es condicionar a las personas a tener miedo y a no querer intentarlo, precisamente, por temor a ese miedo que ha sido sembrado en su mente.

Nadie ha logrado nada sin fracasar. Así como los niños precisan caerse muchas veces antes de perder el miedo a caminar, los seres humanos fracasarán una y otra vez, antes de poder perder el miedo a caminar. Cuando lo hacen, pues olvidan los intentos e incorporan el caminar como un elemento natural en sus vidas. Así debería ser con todos. Dejar de estigmatizar el fracaso y entender que sólo son experiencias que nos permitirán caminar mejor.



Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. Del libro inédito: 
SUPERANDO OBSTÁCULOS

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