Herederos

“Recibirán la tierra como herencia” (Salmo 5:5b)

Recibir la tierra por heredad, ¿de qué se trata? La Biblia habla de que los santos vivirán en una “tierra nueva y un cielo nuevo” (Apocalipsis 21:1). A menudo se ha interpretado esta bienaventuranza en ese sentido, y es probable, está dentro de la cosmovisión bíblica, sin embargo, hay otras posibilidades de interpretación.

La palabra que se utiliza en el texto griego para “manso” era praus, que se utilizaba especialmente para describir a un animal salvaje que había sido domado y convertido en un ser tratable y dócil, tal como un caballo que acepta a un jinete o un perro que se convierte en guardián de ovejas.

En el contexto de las relaciones humanas, la expresión se usaba para referirse a las personas que eran capaces de gobernarse a sí mismas para ser amables en vez de rígidas o pacíficas en vez de violentas, es el sentido que aparece entre los filósofos griegos, especialmente, cuando hablan de ética.

En ese contexto, la promesa de “heredar la tierra”, no tiene que ver con el cielo nuevo ni con la eternidad, sino con convertirse en personas que son su forma de ser se transforman en los líderes de esta tierra, en personas respetadas por su forma de actuar y ser.

Una persona que ha aprendido el dominio propio no la domina la venganza, ni la beligerancia ni la reacción violenta. En el mundo, aunque los violentos parecen ganar las batallas, a la larga, siempre se impone el pacífico y quien hace de la mansedumbre su modo de ser natural.

Dios detesta la violencia (Salmo 11:5), por eso, que la herencia de la tierra es finalmente para los pacíficos.

“El león puede ser domado y transformado en obediente, pero tu propia cólera te convierte en alguien más salvaje que cualquier león” (Juan Crisóstomo)



Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. 
Del libro inédito: 
REFLEXIONES AL AMANECER





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