“Comprendió, pues, que las mujeres cananeas no agradaban a su padre Isaac” (Génesis 28:8)
Jacob y Esaú fueron hermanos, gemelos, pero eternos rivales, en parte, alimentado por una rivalidad que existía en el matrimonio de Isaac y Rebeca, pero también porque sus padres no eran sabios o no habían aprendido lo que realmente significa guiar a dos hijos, tal como muchos, porque lamentablemente para ser padre nadie va a una escuela formal.
Esaú se dio cuenta que había sido engañado con la complicidad de su madre. También entendió que su padre detestaba a las mujeres cananeas. Él ya estaba casado con una de ellas, y para llevar la contra a su padre y herirlo, fue y tomó otras esposa cananea. No las quería, ni eran preciso para una alianza política, lo hizo exclusivamente por despecho.
La historia se sigue repitiendo y lamentablemente, muchas mujeres son las víctimas de varones que por llevar la contra a sus padres o simplemente, por actos de rebeldía por situaciones no resueltas eligen como esposas a personas que no son las más adecuadas, y en dichas circustancias, ni ellos para ellas.
Isaac quería de algún modo proteger a su hijo Isaac de influencias que pudieran afectar la misión que había recibido de su padre de formar una nación que exaltara el nombre de Jehová. Sabía que sería muy difícil lograrlo con una mujer de Canaán, por eso lo envió lejos.
Esaú corrió una suerte distinta. Simplemente, se dejó influenciar y por todas las evidencias, terminó alejado de Jehová y participando de la cultura de sus vecinos, precisamente de aquellos que Isaac quería apartar a su otro hijo.
Un matrimonio no sólo es la unión de dos vidas, es también, la mezcla de historias, culturas, concepciones de mundo, valores, principios y todo aquello que recibimos como herencia socio-cultural del entorno en el que nos hemos criado. Nuestros padres, amigos, familiares, maestros, vecinos y gente que de una manera u otra nos afecta, influye en las decisiones que vamos tomando en esto de hacernos personas y que llevamos con nosotros el día que nos casamos.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Ser mujer no es pecado
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