A expensas de sí mismo

“Cada uno debe juzgar su propia conducta, y si ha de sentirse satisfecho, que lo sea respecto de sí mismo y no respecto de los demás” (Gálatas 6:4)
 

Las personas codependientes aman a expensas de sí mismas. No ponen límites. Entregan hasta el sacrificio. Son mártires de sus propios conceptos torcidos acerca del amor. Buscan el bienestar de la persona que aman aún cuando eso signifique destruírse a sí mismas. No miden. No entienden el daño que se hacen. No son capaces de poner un freno a una situación insostenible.
Son austeros con ellos mismos y no temen darlo todo por el otro. 



Se entregan sin recibir nada a cambio. A eso lo llaman amor. Nosotros lo denominamos enfermedad emocional de quien no es capaz de establecer que ese camino de autodestrucción no tiene nada que ver con el amor sano.
 

Las personas codependientes, que padecen del Síndrome de Nodriza, le enseñan a sus parejas a vivir. No sólo hacen por ellos las cosas más mínimas, también se desviven para que él no padezca necesidades de ningún tipo, creyendo que de esa forma expresan su amor, cuando en realidad, están en una relación tóxica por sus efectos y por la forma en que se manifiesta.
 

Quienes viven amores codependientes, nunca aprendieron la diferencia entre amor y sacrificio. Creyeron que el amor exigía una entrega irracional que implicara la destrucción de sí misma, lo que no sólo es ilógico, sino que además, crea las condiciones para relaciones caracterizadas por la asimetría y la falta de equidad.
 

En una relación sana, ambos hacen lo posible, para que el otro viva de una forma confortable, pero es un ida y vuelta, no una relación asimétrica donde uno solamente es el beneficiado.
 

En las relaciones tóxicas ocurre exactamente al revés. Uno de los dos de la pareja se convierte en esclavo personal del otro, renunciando a su propia vida para darse de tal modo que pierde sus propios proyectos y anhelos, y vive sólo a través del otro.
 

Eso no sólo es falto de equidad, sino que introduce un sesgo macabro en la vida humana, provocando que las personas terminen en situaciones lamentables, donde la frustración, la falta de sentido, la rabia y la ira por haber permitido esa situación terminan reemplazando el amor que se sentía en algún momento.






Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez.
Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

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