Amor, compromiso y fortaleza


El amor “no es egoísta” (1 Corintiios 13:5)
 

Ayer señalábamos el grave problema de la sociedad contemporánea cada vez más afectada por amores de papel, relaciones que fracasan antes de comenzar por personas que no están dispuestas a jugárselas el todo por el todo para que el vínculo funcione, porque no están dispuestos a entregarse de manera incondicional, una de las bases fundamentales para que el amor perdure en el tiempo.
 

Sin la decisión consciente y voluntaria de comprometerse, la relación de pareja se torna en un vínculo frágil y sin futuro. Lo que le da durabilidad es la elección permanente de seguir aún cuando las circunstancias sean difíciles. Nadie ha dicho que una relación de pareja ha de ser fácil, por eso mismo se torna imperioso educar en el compromiso, para que las nuevas generaciones no terminen encalladas en el fracaso, la desilusión y la creencia de que no es posible amar de manera permanente.
 

Según los investigadores Jorge Sánchez Escárcega y Leticia Oviedo Estrada en un estudio del año 2005, en la actualidad “lo cool se opone a la aceptación del sufrimiento y propone una ruptura adelantada del vínculo ante la posibilidad de permanecer en una relación marcada por el dolor, la angustia y la amargura” (Sánchez y Oviedo, 2005:45). Lo que se asume es que una relación de pareja debe ser lineal, sin altos ni bajos, lo que no sólo es una ilusión infantil sino que supone plantear un imposible.
 

La búsqueda de la felicidad o el goce permanente, es simplemente, una ilusión. La realidad, es que las vida nos expone constantemente a situaciones difíciles. Amar supone aprender a sortear juntos las vicisitudes y continuar pese a las circunstancias no agradables con las cuales nos toca lidiar, siempre entendiendo, que el amor es una decisión no una pasión ni un sentimiento que va y viene.
 

El apóstol Pablo señala que el amor “todo lo soporta” (1 Corintios 13:7 NVI). Evidentemente, está hablando en términos positivos, porque hay cuestiones que nada tienen que ver con el pacto matrimonial como la violencia y el abandono, que son, lisa y llanamente, no soportables. Pero, cuando lo entendemos positivamente, podemos entender el “soportar” como sostener. Mantenernos firmes en momentos de dificultades “soportando” a nuestra pareja, es decir, sosteníendola para que juntos podamos vivir. Eso es amor, lo demás, paja molida.



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Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez.
Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

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