¿Por qué?

“La violencia produce frutos de maldad” (Ezequiel 7:11)
 
Casi todas las personas que sufren de violencia buscan con desesperación algún tipo de explicación acerca de lo que padecen. Sus mentes son acicateadas constantemente con el por qué. Sin embargo, no siempre es fácil dar respuesta, porque algunas de las razones están recónditas en la mente de sus agresores y ni ellos son conscientes totalmente de por qué hacen lo que hacen.
 
Boris Cyrulnik, hablando desde la resiliencia habla de la importancia de estos por qué, puesto que “para poder tender la mano a un agonizante psíquico y ayudarle a volver a ocupar un lugar en el mundo de los humanos es indispensable realizar una labor de construcción de sentido” (Cyrulnik, 2012: 23). Algo que le de cierta lógica a todo el horror que viven al interior de sus relaciones de pareja.
 
El psiquiatra agrega “amar los porqués es un factor de resiliencia precioso, pues permite volver a tejer los primeros puntos del vínculo desgarrado” (Ibid). De esa falta de sentido que se ha perdido con el primer insulto o golpe.
 
Recuerdo a una mujer que atendí al comienzo de mi trabajo como orientador familiar que vivía desgarrada por no poder entender por qué su esposo era tan cruel y salvaje con ella y a la vez tan encantador y cortés con las personas ajenas. Cuando logró comprender la personalidad psicótica de su marido y los antecedentes patológicos que traía desde su familia respiró profundo y me dijo casi en susurro:
 
—Pensé que me estaba volviendo loca, creí que algo muy malo había en mi para que él actuara así.
 
Muchas víctimas, al no entender se culpabilizan. Por irracional que esto parezca es más común de lo que se logra entender. Lo padecen víctimas de todo tipo.
 
La necesidad de entender no va de la mano con volver o continuar con el agresor, eso sería, en muchos casos un suicidio psíquico o físico. Sólo es la respuesta a la angustia de saber qué pasa, por qué tanto dolor, entender el sufrimiento y la parte de responsabilidad que les cabe a las víctimas, si es que acaso su única debilidad haya sido no saber o no darse cuenta que estaban eligiendo a un canalla disfrazado de ángel, como suelen ser la mayoría.

Copyrigh: Dr. Miguel Ángel Núñez.

Del libro inédito: LAZOS DE AMOR

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