Eternidad



“Tu trono está firme desde siempre, tú eres eterno” (Salmo 93:2)

Uno de los argumentos que da Bertrand Russell, el filósofo y matemático inglés, para rechazar creer en Dios es el de la causalidad. Todo tiene una causa, si eso eso así, entonces, dice él, tenemos que enfrentarnos a la pregunta: ¿Quién creó a Dios? y con este argumento rechazó en su mente cualquier idea de causa primera y por ende, concluyó que Dios no podría existir (Russell, 2004: 4).

El problema del argumento al absurdo de Russell es que no considera el concepto eternidad. Suponer un dios con principio elimina a la divinidad como tal. Pensar en la eternidad como un concepto termina con la causalidad. No obstante, es un gran paso de fe, porque no hay evidencias empíricas que nos permitan pensar en un Dios eterno, salvo la evidencia bíblica, que sería algo así como una petición de principio circular, por lo tanto, no tiene valor experiencial.

Quienes somos creyentes concebimos a Dios eterno, sin causal posible, porque eso no permitiría a la divinidad ser Dios. La misma condición divina supone un ser sin causa posible, por lo tanto, es un elemento básico pensar en Dios eterno. Sin pruebas empíricas lo único que nos queda es un salto al vacío que llamamos fe. No dogma, porque el dogma ni siquiera se plantea la posibilidad de explicar.

Respeto profundamente a personas como Russell que por otros caminos buscan certezas. El asunto es que reducir todo a lo empírico nos deja sin alternativas frente a un sin número de fenómenos que no pueden ser explicados en un laboratorio, eso incluye la existencia de Dios.

No creo en la fe infantil de que “Dios existe porque lo siento” o en el dogma irracional “Dios existe y no se habla más”. Creo en la necesidad de certezas, pero hay algunas que nos vendrán sólo por la lógica de la fe que no es ni racional ni empírica.

Dios es eterno. Algunos lo creerán y otros no. Cada postura es respetable y debe ser tolerada. Cuando leo a Russell se con certeza que fue una persona honesta y eligió un camino. A su modo estaba buscando vivir de manera coherente, tal como muchos cristianos lo intentamos, con mejor o peor resultado, pero al menos, no nos quedamos en el conformismo de creer que hay cosas que no hay que plantearse, que es a la postre una forma de evasión que no sirve.


 Soliloquios de resurrección

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez. 
Del libro inédito: SALMOS DE VIDA 

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