Amar sin poseer



“Si alguien quisiera comprar el amor con todo lo que posee en su casa, sólo conseguiría desprecio” (Cantares 8:7 BLA)

En lo que al amor respecta poseer es fatal. Uno de los pensadores preclaros del mundo contemporáneo, Zygmundt Bauman señala que “en lo que al amor se refiere, la posesión, el poder, la fusión y el desencanto son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis” (Bauman, 2006: 23). Poseer, fusión, poder y desencanto, cuatro elementos que terminan asesinando el amor.

Nadie puede poseer el amor, porque ninguna persona puede poseer a otro. No es esclavitud, es amor. El amor no prospera en la esclavitud. No podemos obligar a otro a que nos ame. El amor se elije, se da, se entrega, se decide, nunca por ninguna razón se impone.

Amar no es fusión. Por eso esa idea de “ya no somos dos sino uno”, no sólo es falsa y tomada fuera de contexto, sino que destruye una de las bases fundamentales del amor sano, el amar siendo individuos. No podemos dejar de ser un yo para un fundirnos en una especie de Nirvana amoroso donde dejamos de ser individuos, para convertirnos en ese algo extraño que algunas parejas pretenden, y digo pretenden, porque nadie en su sano juicio deja de ser un yo cuando se enamora. Todos ponemos límites para nuestros sueños y expectativas, para ser mientras amamos. No para desaparecer en el amado.

El poder es otro de los engaños vinculados al amor. Creer que tenemos que tener poder sobre otro, poder para influenciar, guiar, orientar, y ayudar, eufemismos utilizados mucho por el sexismo y el patriarcado, para esconder sus ansias de dominio sobre otro ser humano. El amor exige que dos individuos, inteligentes, libres, dueños de sí mismos, elijan pactar un pacto de amor que implica seguir siendo libres, de otro modo, la vida se destruye.

Por todo esto, el desencanto se ha convertido en pieza habitual del juego de ajedrez del amor contemporáneo. Personas que se desilusionan, no de amar, sino del amor. Porque han puesto tantas esperanzas en amar, y en ser amados, pero se ven confundidos por personas que no quieren realizar lo que deben, simplemente, porque actúan bajo premisas falaces.

El amor, para ser amor, no puede ser atado, fusionado o doblegado. El amor precisa de libertad, aún la de decir, elijo no estar porque estar contigo me asfixia y me hace no desear ser libre y esa es una mala idea.



Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez 
Del libro inédito: Lazos de amor

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