Las señales del amor



“Como azucena entre las espinas es mi amada entre las mujeres” (Cantar de los Cantares 2:2)

El amor está lleno de señales, de miradas, de secretos que se transmiten con los ojos, con los gestos y con un sinfín de acciones, que aunque inconscientes, constituyen todo lo que somos.

Elegimos a alguien a partir de lo que somos, no de lo que queremos llegar a ser. “Cada uno de nosotros no puede encontrar sino el objeto que le corresponde, para el cual ha sido moldeado. Cada uno de nosotros es a un tiempo un receptor y un actor susceptible de encontrar a la persona, hombre o mujer, con la que pueda congeniar. Cada uno de nosotros hiere al otro porque lleva en sí algo capaz de tocar la fibra sensible del otro” (Cyrulnik, 2012: 97). Las palabras de Cyrulnik no son deterministas, lo único que muestran son los condicionamientos que traemos producto de todo lo que ha construido nuestra vida hasta el momento del encuentro amoroso.

Al fijar nuestra vida en alguien que se constituye en una persona distinta al resto, en el amor de nuestra vida, en aquel o aquella que hará que todo nuestro universo se de vueltas completamente, lo hacemos a partir de todo lo que se ha configurado en nuestra conciencia. Elegimos a partir de lo que somos, no desde las expectativas, sino desde los condicionamientos.

Los vínculos que nos han constituido nos preparan mejor o peor para el momento en que nos encontremos con una persona que podamos decir es “mi amor”, con esa sensación de posesión que sólo los que aman pueden expresar. Porque el amor nos constituye, nos posee, nos convierte en posesos de quien nos ama y a quien amamos.

No es cosa de poca monta decir “te amo”, porque cuando lo decimos, expresamos mucho más que un proyecto de vida, decimos que esa persona se ha convertido en nuestro horizonte, en el refugio afectivo para nuestra soledad, en el rincón en el que podemos cobijarnos para seguir viviendo, entendiendo que podemos vivir sin él o ella, pero optamos por hacer que dicha persona se convierta en nuestro derrotero, en la significación de nuestra realidad vital. El amor nos convierte en mejores individuos, porque nos muestra de una forma dramática que es posible tener esperanza, de que la dicha existe, y que de pronto alguien que era un desconocido, se convierte en nuestro paradigma y nuestro referente de vida.



Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez 
Del libro inédito: Lazos de amor

#MiguelÁngelNúñez #Meditacióndiaria #Devocional
Comparte en:    Facebook Twitter Google+

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios enriquecen este blog, y a las personas que lo leen. Te agradezco por tus aportes. Sin embargo, ten en cuenta que para que se publique lo que comentas debes indicar tu nombre (no se publicará ningún mensaje anónimo), y no debe aparecer ningún enlace a alguna página, número de teléfono, o dirección. Además, no se publicará ningún comentario con tinte ofensivo, homofóbico, discriminatorio, insultante o irrespetuoso. Todo lo demás, es bienvenido.