Alegría y perdón



“Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo” (Salmo 9:2)

A lo largo de sus 95 años escribió más de 8000 mil himnos. Es considerada una de las más prolíficas compositoras cristianas. Muchos de sus himnos se siguen cantando todas las semanas en cientos de iglesias de todo el mundo. Perdió a su padre cuando era una niña y fue criada por su madre y su abuela. Lo que pocos saben es que era ciega.

Sin embargo, su ceguera no era de nacimiento, a los seis días de nacida un médico cometió un error que provocó que quedara ciega. Lo que ella vivió habría sido suficiente para que viviera una vida de amargura, resentimiento y autocompasión, por el contrario, fue una persona agradecida de la vida y de lo que había recibido, incluida su ceguera. Frances Jane Crosby, cuyos himnos están llenos de gratitud, alabanza y amor por Dios, expresan lo que vivió en vida, una gran compasión por los seres humanos y en especial, por los que yerran.

El médico que le provocó la ceguera nunca se perdonó a sí mismo su error y se cambió de lugar de residencia. Frances nunca tuvo sentimientos de resentimiento hacia él. Lo perdonó honestamente y aún más, no sé lo que es no ser ciega, así que le agradezco a Dios por darme la vida.

Al leer sobre ella lo primero que pensé fue en todas las bendiciones que tengo y que pasamos por alto, simplemente, por detenernos en los agravios reales o imaginarios que recibimos. ¿Cuál habría sido mi actitud si alguien me hubiera dejado ciego?

El perdón siempre es una conducta extrema en el contexto de situaciones extremas. No es fácil perdonar. Tampoco vivir una vida de gratitud, especialmente, si hemos sido ofendidos o maltratados de alguna forma. Si Frances Jane Crosby no hubiera tenido la actitud positiva que decidió tener, no habría escrito los miles de himnos que compuso y que legó al mundo cristiano como una forma de expresión de vida.

Cuando alguien se equivoca la salida más fácil es acusarlo, hundirlo y señalarlo. El camino angosto, el que pocos transitan, es la vía del perdón y la no venganza, que consiste en dejar atrás el resentimiento y seguir viviendo, con una visión positiva de la vida. Eso es sano, lo otro, es tóxico.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Lazos de amor

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