El que ama mucho



“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama” (Lucas 7:47)

En la década de 1960 se hizo famosa una caricatura que siempre comenzaba con la frase: “Amar”. Una de ellas decía “amar es nunca tener que pedir perdón”. ¡Qué frase más absurda! Eso convertiría a los matrimonios en ángeles disfrazados de humanos, suponiendo que los ángeles nunca se equivocaran, pero la Biblia presenta la historia de miles que si lo hicieron, así que ni siquiera para ángeles vale la analogía.

Lo cierto es que a más años de casados, más necesidad de pedir perdón. Las personas se equivocan, es parte de la esencia humana caída cometer errores. Negarlo es simplemente introducirnos en un camino de negación y de autodestrucción tóxica.

Las personas emocionalmente sanan admiten sus errores y entienden que otros a su vez, pueden equivocarse. Los individuos que están psicológicamente enfermos creen que una persona creyente nunca pude ni debe equivocarse, por eso, el error humano es tratado de manera tan despiadada, creando una suerte de comunidades cristianas donde la mayoría de sus integrantes finge ser lo que no es, y no admite equivocarse, aún con las evidencias en contra. Eso no es sano, ni ayuda a la buena convivencia, al contrario. Crea mentirosos profesionales, que aprenden a fingir sus luchas personales, y por ende, a no poder ser ayudados por una comunidad de creyentes, que entiende que todos nos equivocamos y está pronta, no a arrojar piedras, sino a proteger, amar, guiar, orientar, contener y dar ánimo al caído.

A medida que pasan los años, las personas acrecientan algunos de sus dilemas personales. En otros casos, surgen nuevas luchas, para las cuales ni siquiera sabían que tenían conflictos. Por otro lado, las parejas, en el diario vivir, cometen errores, a veces por ignorancia, otras veces con premeditación. En ambos casos, la vía de la condena no sirve.

El perdón bíblico es ofrecido como una alternativa de vida emocionalmente saludable. Es permitirse a sí mismo la oportunidad de seguir creciendo y dejar atrás rencillas, resquemores y sinsabores, propios de seres humanos finitos, con tendencia al mal, que se equivocan.


Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Lazos de amor

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