“Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?” (Lucas 10:25)
A menudo los legalistas cita al “joven rico” como un argumento a favor del legalismo. Como es habitual citan la Escritura de manera parcial. Supuestamente la única respuesta de Jesús fue: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17). ¿Por qué Jesús respondió así? ¿Qué estaba pensando Cristo? ¿Qué dejó en evidencia el Maestro?
Sin leer más, la obediencia es lo que garantizaría la salvación, en ese caso, Cristo estaría repitiendo el argumento fariseo que hacía depender la salvación del esfuerzo del humano, algo que han venido repitiendo por siglos aquellos que creen que la salvación es incompleta y “necesita” de la combinación del esfuerzo humano, sin darse cuenta, que al decirlo así, anulan la gracia que deja de ser regalo, y como dijera Pablo, se convierte en deuda por algo que el mismo hombre podría lograr por sí mismo.
En realidad Jesús quería evidenciar la imposibilidad humana de la obediencia absoluta, tal como enseñaba el fariseísmo y en lo que había caído el mismo joven rico. A continuación Jesús le pregunta: “¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees allí?”
La respuesta fue “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”. Ante lo cual Cristo añadió: “Has contestado correctamente. Haz esto, y vivirás”.
Resumió la “obediencia” en amor a Dios y al prójimo. Sostuvo que la ley se resume en el amor. ¿Qué es el amor? Tal como señala Gálatas 5:22, es un fruto de la acción del Espíritu Santo. En otras palabras, aún el amor a Dios y al prójimo es una dádiva de Dios, una gracia de su misericordia infinita y no un producto humano. Es decir, Jesús contradice la pregunta del joven rico: No puedes poseer la vida eterna por tí mismo.
“La distorsión fundamental del legalismo es la creencia en que una persona puede ganarse su lugar en el reino de los cielos” (R. C. Sproul).
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
Del libro inédito: Reflexiones al amanecer
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