Naufrago



“Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).


Qué harías si te toca una experiencia similar al protagonista de esta película? De un momento a otro todo tu mundo estructurado se viene abajo y te quedas completamente solo, sin nadie con quien hablar y con la sensación extraña de estar ante la presencia de la soledad en su dimensión más cruel: Hablarle a una pelota disfrazada de ser humano.

Las historias al estilo Robinson Crusoe se han escrito de muchas formas. Cambian los personajes y algunas situaciones, pero el fondo es el mismo: Perdido, sólo y en una isla que no aparece en los mapas y rutas habituales de los barcos.

Sin embargo, estar solo en una isla solitaria en medio del océano no es tan terrible como estar solo en medio de un mar de gente. No tener con quien hablar ni compartir es una experiencia desoladora, aún cuando las personas que pasan a tu lado podrían darse el tiempo para escucharte y no lo hacen.

La soledad de la multitud es más dramática que estar solo en una isla en el océano. Al menos, allí sabes que estás solo y tienes la esperanza de reencontrarte con otras personas en algún momento. Es la esperanza la que alimenta la ilusión. Sin embargo, cuando se está con la sensación de soledad en medio de otras personas se va creando una sensación de frustración que termina aniquilando la esperanza.

La religión es una forma de ayudarnos a vencer esa soledad existencial que nos hace añorar poder tender puentes hacia otros. Cristo vino a morir y resucitar por nosotros para darnos la oportunidad de no estar solos. Para que no sintamos el enorme peso de la palabra no dicha y atragantada. Esa que no sale porque no tiene a donde ir. Dios nos da el poder y la capacidad para tender puentes sobre el abismo.

“La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado” (Ovidio).

Del libro inédito Historias de cine
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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1 comentario:

  1. Muy bueno su comentario de esta película, comparada con el hijo pródigo, que aparte de perderlo todo también se sintió solo. En la realidad muchas personas aunque acompañadas de personas también se sienten solas, Es importante sentirse escuchada,bueno importante es tener a Dios en nuestras vidas con quien podemos comunicarnos por medio de la oración y en quién tenemos esperanza.

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