Sacrificio de amor



“Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán consolados”. Isaías 66:13

Cuando hay catástrofes naturales ocurren actos de heroísmo y valentía que quedan grabados para siempre en la memoria colectiva.

En el último terremoto ocurrido en Japón, los rescatistas buscaron afanosamente en la casa en ruinas donde se sabía que vivía una mujer joven con su hijo. Cuando encontraron el cuerpo les pareció extraño la posición en que estaba, de rodillas y su cuerpo hacia adelante, como cuando alguien adora. El peso de la casa quebró su espalda y su cuello.

Pronto se dieron cuenta que la mujer estaba muerta y los rescatistas salieron a buscar algún otro sobreviviente. Sin embargo, por alguna razón el líder del equipo de rescatistas sintió la necesidad de regresar y observar de nuevo. Decidió revisar debajo del cuerpo de la mujer que estaba rígido y en ese momento comenzó a gritar: “¡Un niño! ¡un niño!”. Removieron cuidadosamente los escombros alrededor del cuerpo de la mujer y allí encontraron un bebé de tres meses envuelto en una frazada.

Allí comprendieron que la madre había protegido a su hijo con su cuerpo en un último esfuerzo por salvarlo. Cuando tomaron al niño el pequeño aún dormía.

Cuando abrieron la frazada que tenía al bebé descubrieron un celular que tenía un mensaje de texto en la pantalla que decía: “Si puedes sobrevivir, debes recordar que te amo”. El celular pasó de mano en mano con los miembros del equipo de rescate mientras la mayoría rompía a llorar.

Una madre puede hacer eso por su hijo, ¡cuánto más Dios con su infinito amor! Nunca dudes del amor de Dios, nunca pongas en tela de juicio su bondad. No escuches a quienes te dicen un mensaje diferente. Tú y yo somos sus hijos, y Dios nos ha prometido nunca olvidarnos... aún cuando nuestra propia madre lo haga.

Del libro inédito ¡Atrévete a creer!
Copyright: Miguel Ángel Núñez
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1 comentario:

  1. Gracias señor por tu palabra que es vida para mi alma a ti sea la gloria amen

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